miércoles, 23 de febrero de 2011

Estoy muy bien!

Pues si, la verdad es que últimamente estoy bastante bien. Centrado en mi, en mis cosas, y pasando un poco de los demás, que me hacía falta. Y es verdad que muchísima gente deja de escribir en su blog cuando esta bien, y parece que todo es negrísimo, por eso solo quiero escribir esta entrada para decir eso, que estoy muy bien.

lunes, 14 de febrero de 2011

Tonterías varias

Porque si, son muchas tonterías, pero todo tiene la importancia que le queramos dar. Hace poco (en realidad, menos de lo que esperaba), escribí esta entrada en la que venía a decir que no tengo nada por lo que seguir adelante. Creía que con el tiempo se me pasaría eso y que volvería a verlo todo bastante más claro, pero en realidad es todo lo contrario, sigo cayendo en este pozo en el que no encuentro la cuerda para poder subir.

Ahora mismo, mi vida es bastante monótona y aburrida, que se resume en estas acciones: levantarme, ir a la universidad, comer, estudiar, utilizar el ordenador, cenar y dormir. Y es algo que llevo repitiendo todo lo que llevamos de año y, por lo menos, la mitad del anterior. No varía nada ningún día, sea lectivo o festivo, entre semana o al final de ello. Son procesos mecánicos a los que ya ni siquiera echo cuenta, como si fuera una máquina. A veces ni siquiera me paro a ver cuál es la comida que toca o qué asignatura estoy estudiando, y la situación que me rodea, la verdad, no es la más adecuada para actuar y cambiar, ni siquiera para poder quejarse, por eso me ayuda este blog.

Peleas por donde vaya. Nunca me he visto en una situación en la que las personas que realmente me apoyan pueda contarlas con los dedos de una mano, y puede que hasta me sobren. Creerme cuando digo que es bastante duro que no puedas apoyarte ni siquiera en tus padres, porque sientes que su cariño hacia ti se va desvaneciendo. Y cuando buscas ese apoyo fuera, resulta que todos te rehuyen sin motivo aparente. Todos los que parecía que siempre iban a estar ahí andan escondidos, rezando por que tu mirada no se fije en esos falsos amigos que un día te dijeron "para lo que necesites, sea lo que sea, no dudes en decírmelo".

Contaré algo a modo de anécdota por si alguno de mis millones de lectores no ha entendido esto bien. La semana pasada, con todos los exámenes ya terminados, busqué a algún amigo, de los más cercanos para ir al cine y así poder contarle lo que me pasa y que, por lo menos, me escuchara. Cual es mi sorpresa al ver que todos niegan salir conmigo, alegando problemas varios por los que no podían salir. Sin desconfiar de ellos, voy a preguntarle a otros, a ver si por lo menos consigo ir en esa semana al cine, cuando me confirman que TODOS van a una fiesta, incluidos aquellos que "siempre están ahí", no querían ir al cine conmigo, no querían salir conmigo, y ni siquiera quieren verme, porque no fui invitado a esa gran fiesta.

Y resulta que esos amigos son los que solo se preocupan si ven un mal estado en tu Tuenti, o no les has ayudado en su granja. Desde luego, lo leí una vez y ahora me lo creo cuando dicen eso de "eres más falso que un amigo en Facebook".

viernes, 11 de febrero de 2011

Sentir

Esta noche acerqué a mi amiga Cristina a su casa, porque era bastante tarde y ya no tendría autobuses que coger. Parece algo muy simple, algo que podría hacer cualquier otro día, pero la verdad es que siempre que me lo pida lo haré encantado y cada vez será especial. La razón es muy sencilla: la puedo ayudar acercándola, y si puedo ayudar en cualquier cosa, lo haré y me sentiré vivo.

La verdad es que, si hay algo que me guste hacer por encima de todas las cosas, es ayudar a alguien. Ya sea conocido o no, sin duda es algo que amo. Que alguien te diga que le dediques un ratito y estés con él, escuches sus problemas o que hagas de taxista. Me encanta sentirme útil con la gente, me hacen ver que sigo aquí, que no se olvidan de mi y, por supuesto, jamás me olvidaré de aquellos que me llevan en sus mentes.

Porque creo que un gesto vale más que mil palabras, quiero decirte a todo el que pueda leer esto que, si necesita algo, lo que sea, no dude en pedírmelo. Estaré ahí para lo que haga falta, solo te pido una cosa: a cambio tu debes ser sincero, ve con la verdad por delante. No quieras utilizarme porque, aunque parezca mentira, solo te engañarás a ti mismo.

jueves, 10 de febrero de 2011

San Valentín

En estos días previos al día de los enamorados, es inevitable que muchos sentimientos afloren. Los enamorados van buscando un buen detalle para su amor desesperados, como si fuera lo más importante del mundo, y quieren que su regalo sea el mejor. Otros buscan una reserva en el restaurante más caro de la ciudad para impresionar a esa persona que tanto quiere. Las personas que estén como yo, sin plan alguno, seremos embargados por una soledad bastante extraña.

Esa soledad no es la de sentir que nos falte al lado a un buen amigo, o la que sientes cuando estas en medio de un grupo de desconocidos, por decir algunos ejemplos. Es la soledad de no tener a esa persona especial a nuestro lado. Ese día, por triste/desesperado que parezca, solo nos limitaremos a lamentarnos de las oportunidades perdidas, a pensar en lo que pudo haber sido y a rezar para que esa persona que nos gusta no haya salido tampoco con nadie, porque así podríamos hacer algo. Veremos a esos novios dando paseos cogidos de la mano y sentiremos una envidia tremenda y, si nos diera alguien un beso, para nosotros significaría todo lo que quisiéramos.

De hecho, recuerdo ese mismo día pero del año pasado. Recuerdo que mandé un mensaje a tres amigas mías muy especiales, y pasó lo siguiente: la primera dejó de hablarme, con la segunda hice una amistad preciosa, y con la tercera surgieron unos sentimientos bastante fuertes que, pese a compartirlos, se desvanecieron en poco tiempo. Este San Valentin será para mi como los anteriores, sin plan y sin nada que hacer. Me dedicaré a imaginar como sería mi vida con ese alguien a mi lado, nuestra vida. Por desgracia, es todo lo que podré hacer.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Un instante

Solo un instante me valdría para decirte lo mucho que me gustas, pero me llevaría toda una vida demostrártelo. Me encantaría tener nada más que ese instante para que lo supieras y, si tu quisieras, que compartieras conmigo la vida para que te lo demostrara día a día. Te diría que estoy loco por ti desde el primer momento que te vi y que estoy haciendo lo imposible para que te des cuenta, que me encantaría saber a qué saben tus besos, lo suaves que tienes tus manos y lo cálido que son tus abrazos. Pero todo se quedará en un ojalá...

lunes, 7 de febrero de 2011

No todo es malo

A pesar de estos días oscuros, me gusta ver, de vez en cuando, lo bueno que hay en la gente, lo bueno de lo que me rodea, porque pensar siempre en negativo no lleva a ningún lado. Y es que, aunque me cueste verlo, gracias a Dios estoy rodeado de personas con un corazón gigante, y que están ahí incondicionalmente.

Porque me gusta ver como esa gente se acuerda de mi con el más mínimo gesto, con la mínima palabra, con la mínima sonrisa, y no piden nada a cambio. Dios sabe que esas personas serán las que llevaré hasta el fin del mundo si es necesario para devolverles esto que me están dando, porque alivian mi carga.

Pero no todo lo bueno viene solo de personas que conozco, también de desconocidos. Hace poco salí por ahí con unos amigos, y estaba un poco triste. En lo que estábamos charlando en un bar, me quedé un rato callado y estaba a mi bola, cuando una niña chiquitita que estaba por allí se me acercó, me tiró de la manga para que la viera, me sonrió, y se fue. No hizo nada más, pero ese gesto me valió muchísimo más que cualquier palabra de apoyo que hubiera soltado nadie en ese momento.

La verdad es que doy gracias por estos gestos que hacen que uno empiece a ver la vida de un color esperanza que parecía desaparecido en mi gama cromática. ¡Gracias!

martes, 1 de febrero de 2011

No te confíes

No estaba pasando por un momento especialmente bueno, pero cuando empezaba a levantar la cabeza, a verlo todo más claro...vienen y me hunden cada vez más.

Y lo peor de esto no es lo que me pasa, ni que mis ánimos estén por los suelos. Lo verdaderamente peor es no tener nadie a quien poder confiarle mis pesadillas sin que emita una burla.