viernes, 30 de diciembre de 2011

Estoy muy bien

¡Estoy muy bien! ¡Estoy así de bien! Es genial estar así estos días, con el ánimo arriba, con ganas de vivir la vida, con ganas de comerte el mundo. Es genial estar así, pero yo no lo estoy.

Esta entrada es corta, no voy a hartarme de escribir ni voy a hacer una profunda reflexión al final o, al menos, no es eso lo que quiero. Solo quiero dar las gracias a esta sociedad, a esta gente que nos rodea, a todo lo que vivimos en general, por haberme hecho sentir, en el mejor intento de ser la mejor persona posible, como un despojo social, como alguien a quien nadie quiere, como esa persona apartada a la que todos miran mal y ni siquiera se compadecen de ella. Doy las gracias a Dios cada día por sentir lo que siento, por haberme hecho hasta que quiera vivir apartado de la sociedad porque siento que no soy lo suficientemente bueno para ellos. Y creerme cuando digo todo esto, pues os puedo asegurar que en este párrafo no hay ni un ápice de ironía.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Me gustaría...

Hoy me apetece escribir. Es uno de esos días en los que Coldplay suena cuando cierro los ojos y dejo volar mi imaginación cruzando todas las fronteras que se encuentre. Son días en los que quiero escribir, quiero plasmar todas las imágenes que se me vienen a la cabeza, quizá porque me aburro, quizá porque quiero que lo sepáis.

Estos días pienso en cómo me gustaría vivir. Me gustarían muchas cosas y muy grandes, como todo el mundo, pero no es eso realmente lo que quiero. Si me paro a pensar, quiero muchísimo menos, no quiero casi nada. Querría tener una casita pequeña, a ser posible con un jardín en la parte trasera, también pequeño. Que me pille cerca de un lago o un río, retirado. Un sitio donde, en noches como la de hoy, pueda sentarme a escuchar el agua fluir y poner en orden mis pensamientos, mirando al cielo estrellado.

Me gustaría tener un trabajo, no en una gran empresa, si no en esa típica, pequeña, donde todos los trabajadores se conocen y son como una familia. Me gustaría poder aprender más sobre mi fe, sobre los que me rodean. Me gustaría tener ese sitio especial en el relajarme y que, cuando este perdido, la gente sepa que ahí puede encontrarme. Me encantaría tener en mi vida a esa persona que, con mirarme a los ojos, adivinara qué pasa por mi mente.

Me gustaría tener muchas cosas en esta vida. Tengo miles de proyectos en la mente, tengo muchísimas cosas que me gustarían pero, por desgracia, pocas se cumplirán. De hecho, no espero que se cumpla ni una de las que están aquí escritas, pero quiero dejar clara una cosa: quiero dar las gracias a todas esas personas que han hecho que, con 20 años que tengo, me vea incapaz de conseguir todos esos sueños. De verdad, sin vosotros, mi vida habría sido mejor. Muchas gracias.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Días

Hay días y días. Días en los que remontas el vuelo, ves las cosas desde otra perspectiva. Días en los que te levantas comiéndote al mundo, enérgico, con ganas de vivir. Y días en los que no quieres levantarte de la cama, porque sabrás que las cosas no pueden ir a peor.

¿Y si, en vez de un día, son semanas? ¿Y si no le ves el fondo a la botella? Me pasó lo mismo el año pasado, y conseguí mejorar en verano, pero ese buen tiempo pasó y nos situamos en Diciembre, al inicio de las peores fiestas existentes (en mi humilde opinión), y con todos los sueños rotos. ¿Que me fije unos objetivos a cumplir este año que entra? ¿Que cambie mis propósitos y coja la vida con más fuerza? Si, para que me pase lo mismo que las últimas veces.

A partir de hoy, seré un tío más egoísta, más pesimista, un tío peor, pero solo conmigo mismo. Tranquilos, que para los demás no cambiaré mi imagen. Y aunque la cambiara, se que a la mayoría no os importa.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Navidad

Llega la época del año que más me gusta. Navidad, que esta íntimamente ligada con regalos, estar con la familia, quererse...MENTIRA! Odio la Navidad, cada año que pasa me gusta menos y, conforme menos me gusta la Navidad, menos me gusta mi familia. Es así, algo que se supone que debería amar y querer, cada vez estoy dejándola más de lado y eliminándola más de mi vida.

De entrada: ¿por qué no me gusta la Navidad? Es muy sencillo. Como cristiano que soy, puedo decir con conocimiento que se ha "eliminado" el verdadero sentimiento de la Navidad. La gente solo quiere que llegue esta época para tener vacaciones, y para dar y recibir regalos como si no hubiera un mañana. ¿En serio? A todos nos gusta, pero por favor, celebremos el nacimiento de Jesús, no esperemos para celebrar el fin de año con una gran fiesta. ¡Por favor, vamos a tomarnos esto en serio! Y poniéndome ya un poco egoísta, es una fiesta CRISTIANA, lo que quiere decir que, si estamos en un estado LAICO, no todos deberían de celebrar estas fiestas y tener vacaciones, solo los que nos identificamos con esto. Así que por favor, un poco de respeto.

Y sigamos: ¿por qué odias a tu familia? Pues es bien sencillo. Vale que el ideal de familia que tengo no se identifique con el que pudiera obtener en la vida real, pero esto ya es pasarse. Unos no se hablan con otros, los otros se enfadan con los unos, todos peleados con todos y solo hay rencores, malas miradas, broncas. Llevo muchísimos años aguantando esto, y estoy cansado de ser la única persona que actúa como nexo entre todos. No pienso enfadarme con nadie, pero por supuesto que no quiero que esta sea mi familia, al menos no como la conozco ahora. Vale que sean mis padres, vale que sea mi abuela, mi tía, mi hermana, pero estoy harto de todos ellos.

Si la cosa sigue así, voy a hacer uso de la famosa frase que más usa todo el mundo, pero que yo jamás la he visto más acertada que nunca para esto: que el mundo se pare que yo me bajo.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Y ya van...

Muchas. Más de las que debieran. Y es irónico, porque si me dieran un euro por cada vez que oigo/leo un "No", sería rico, y me perseguirían y se pelearían por mi (o por mi riqueza, depende de como lo veas).

Paranoias aparte, ya no se qué más hacer. Y no por nada en especial, si no porque ya llegué a un punto en el que, pese a que esto debería ser devastador para mi (como siempre ha sido), simplemente no me importa, y no quiero que no me importe. Me estoy convirtiendo en un hombre sin sentimientos, que lo único que sabe hacer distinguir el bien del mal, e incluso en eso, a veces, se equivoca.

¿Dónde iré a parar? Por querer, ahora solo quiero que alguien me quiera, que alguien me haga tirar abajo mis esquemas y descubra, de nuevo, esas sensaciones, esos sentimientos, que a día de hoy tengo tan olvidados. ¿Es mucho pedir?

domingo, 4 de diciembre de 2011

Tengo ganas

Son la 1:36 de la mañana y hoy, de lo último que tengo ganas es de dormir. Tengo ganas de escribir, de darme a conocer, de predicar con mi vida. Tengo ganas de tenerte, de que tengas ganas. Quiero salir, enseñarte la ciudad, ir a esos sitios prohibidos cogido de tu mano. Hoy quiero hacer muchas cosas.

¿Los sueños, sueños son? No lo creo, siempre y cuando seamos realistas. "Quiero tocar las estrellas"; pues pon los pies en el suelo. Pero...¿y si las estrellas están más cerca de lo que realmente pensamos? Eso me hace pensar que, a día de hoy, estoy rodeado de estrellas, que hacen que mi día a día sea mejor nada más con pensar en ellas. Podríamos poner a la cabeza a mi madre, y acabar con mis perrillos que, cuando me ven cabizbajo, vienen a ver si me animo.

Lo cual hace que me plantee otra pregunta: si estoy rodeado de estrellas, inevitablemente debo girar alrededor de una. ¿Y cuál es esa estrella? En el plano teológico, la respuesta es totalmente firme e inamovible. En el plano personal, la cosa varía muchísimo. No se si estaréis de acuerdo conmigo, pero aquí no se puede aplicar el pensamiento heliocéntrico, sería algo como "bi-heliocéntrico", por darle una palabra. Son dos estrellas, que brillan con luz propia, y giran una alrededor de la otra de forma que, cuando una falta, la otra muere.

Esto se puede interpretar de mil maneras diferentes. Para algunas personas, ahora mismo, su "estrella" es ese tal Justin Bieber. Yo prefiero verlo como esa pareja de ancianos que llevan toda la vida juntos y que cuando, por desgracia, uno de ellos fallece, el otro solo quiere reunirse con él lo antes posible. Por eso esta decisión es tan difícil, no podemos equivocarnos. Sin embargo, este modelo viene con una batería de tests, lo que nos permite probar qué estrella es la que mejor encaja con nosotros. Lo cual nos lleva a otro problema: ¿es realmente necesario probar?

Aquí también tengo una respuesta sencilla: no, para nada es necesario. Es más, ni siquiera se recomienda. Hay otros métodos menos dolorosos para averiguar cuál es la estrella que mejor se acopla a ti. Lo que me lleva a la siguiente conclusión: creo que ya te he encontrado, pero no se si tu de verdad me buscabas a mi. Es más, ni siquiera se si buscabas o si esperabas encontrar, pero estoy aquí y tengo pocas ganas de irme, sino de empezar a dar vueltas como un loco. Acércate, hagamos cosas juntos: riamos, lloremos, saltemos. Divirtámonos como nunca y vivamos como siempre hemos querido. ¿Y porqué nos cuentas esto? Os lo dije, hoy tengo ganas de todo menos de dormir.