viernes, 11 de febrero de 2011

Sentir

Esta noche acerqué a mi amiga Cristina a su casa, porque era bastante tarde y ya no tendría autobuses que coger. Parece algo muy simple, algo que podría hacer cualquier otro día, pero la verdad es que siempre que me lo pida lo haré encantado y cada vez será especial. La razón es muy sencilla: la puedo ayudar acercándola, y si puedo ayudar en cualquier cosa, lo haré y me sentiré vivo.

La verdad es que, si hay algo que me guste hacer por encima de todas las cosas, es ayudar a alguien. Ya sea conocido o no, sin duda es algo que amo. Que alguien te diga que le dediques un ratito y estés con él, escuches sus problemas o que hagas de taxista. Me encanta sentirme útil con la gente, me hacen ver que sigo aquí, que no se olvidan de mi y, por supuesto, jamás me olvidaré de aquellos que me llevan en sus mentes.

Porque creo que un gesto vale más que mil palabras, quiero decirte a todo el que pueda leer esto que, si necesita algo, lo que sea, no dude en pedírmelo. Estaré ahí para lo que haga falta, solo te pido una cosa: a cambio tu debes ser sincero, ve con la verdad por delante. No quieras utilizarme porque, aunque parezca mentira, solo te engañarás a ti mismo.

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