lunes, 7 de febrero de 2011

No todo es malo

A pesar de estos días oscuros, me gusta ver, de vez en cuando, lo bueno que hay en la gente, lo bueno de lo que me rodea, porque pensar siempre en negativo no lleva a ningún lado. Y es que, aunque me cueste verlo, gracias a Dios estoy rodeado de personas con un corazón gigante, y que están ahí incondicionalmente.

Porque me gusta ver como esa gente se acuerda de mi con el más mínimo gesto, con la mínima palabra, con la mínima sonrisa, y no piden nada a cambio. Dios sabe que esas personas serán las que llevaré hasta el fin del mundo si es necesario para devolverles esto que me están dando, porque alivian mi carga.

Pero no todo lo bueno viene solo de personas que conozco, también de desconocidos. Hace poco salí por ahí con unos amigos, y estaba un poco triste. En lo que estábamos charlando en un bar, me quedé un rato callado y estaba a mi bola, cuando una niña chiquitita que estaba por allí se me acercó, me tiró de la manga para que la viera, me sonrió, y se fue. No hizo nada más, pero ese gesto me valió muchísimo más que cualquier palabra de apoyo que hubiera soltado nadie en ese momento.

La verdad es que doy gracias por estos gestos que hacen que uno empiece a ver la vida de un color esperanza que parecía desaparecido en mi gama cromática. ¡Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario