lunes, 12 de marzo de 2012

Retos

Soy una persona a la que, por suerte o por desgracia, se le plantean retos en el día a día. Algunos son simples, otros más complejos. De hecho, tuve una convivencia este fin de semana en la que se nos planteó un reto que "debería" ser un mundo para un Cristiano, pero yo lo vi posible. Sin embargo, creo que hasta ahora no me he enfrentado a un reto como al de ahora.

A cualquier persona le podría dedicar una frase, una gracia, una "esquinita". A cualquiera podría decirle algo que le alentara, o que le motivara cuando lo leyera, cualquiera podría hacerlo. Pero no a ella. A ella no le puedo dedicar algo que no siento, no le puedo regalar los oídos con palabras vacías, palabritas que no significan nada para mi. Es un reto difícil porque quiero darle lo mejor de mi, y eso no se consigue de manera tan simple. Pero hay un problema.

La juventud de hoy día queremos las cosas YA. Lo que sea, bueno o malo, pero YA. Es un error para muchísimas cosas, un acierto para otras. En mi caso, al menos ahora mismo, no supone problema. Se que se la frase que le tengo que decir, se que la tengo dentro de mi, lo único que he de hacer es ponerla en pie. Y es difícil porque no podría dedicarle a ella una sola frase, porque no quiero dedicarle a ella una sola frase, quiero dedicarle un texto, una historia, una vida.

Recuerdo una frase de San Agustín que dice: "Ama y haz lo que quieras". Me recuerda a ella, que es una persona que da todo por los demás, pone su corazón en su día a día, ama en cada acción. Es una persona que no tiene problemas en reprender a alguien si hace algo mal, una persona que protesta por las injusticias, pero todo desde el amor que profesa a los demás. Es una persona que me ha hecho cambiar mi modo de ver la vida, una persona muy importante para mi. Hace poco experimenté que, cuando tienes amor, cuando haces todo con amor, no importa lo que venga, porque no será malo. Ella no tiene medida en su amor, lo da a todo el mundo, da siempre el ciento por uno. Definitivamente, encontré mi frase, esa frase que se que jamás me arrepentiré de decirle, porque se que la llevará a su vida tanto o más de lo que la llevo yo. "Ama y haz lo que quieras".

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