Esta entrada es corta, no voy a hartarme de escribir ni voy a hacer una profunda reflexión al final o, al menos, no es eso lo que quiero. Solo quiero dar las gracias a esta sociedad, a esta gente que nos rodea, a todo lo que vivimos en general, por haberme hecho sentir, en el mejor intento de ser la mejor persona posible, como un despojo social, como alguien a quien nadie quiere, como esa persona apartada a la que todos miran mal y ni siquiera se compadecen de ella. Doy las gracias a Dios cada día por sentir lo que siento, por haberme hecho hasta que quiera vivir apartado de la sociedad porque siento que no soy lo suficientemente bueno para ellos. Y creerme cuando digo todo esto, pues os puedo asegurar que en este párrafo no hay ni un ápice de ironía.
Siento mucho que des gracias a Dios por esto. Me duele muchísimo que un hermano tenga estos sentimientos. Realmente no sabía que sufrías tanto. No es lo que uno percibe cuando está contigo. Pero no me extraña. Yo también soy experto en ponerme máscaras (como cualquiera, vamos). No conozco muy bien todo tu “background”. Por eso esta vez no voy a sermonear tanto. Lo siento mucho si la otra vez dije algo que tu pudo sentar mal. Sí me permito una cosa. Tú sabes, y si no lo sabes te lo digo yo, que el primero que te tiene que querer y animar eres tú. Básicamente porque eres quien mejor lo puede hacer, si no todo va a ser muy difícil. Tío, te lo digo por experiencia. Ya no digo más porque lo mismo meto la pata. Me gustaría poder ayudarte más. Me gustaría conocer más a fondo para poder ayudarte bien en la medida de lo que pueda. Seba, aquí estoy. Rezo por ti y espero poder ayudarte. Mi bendición ;)
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