miércoles, 3 de agosto de 2011

Fracaso...

...ese es mi apellido. Eso decía una serie que estoy viendo últimamente. La verdad es que tampoco se aleja mucho de la realidad. Dos meses detrás de poder hablar con ella, de poder verla, para que al final todo se vaya al traste por mis ganas. Este juego no lo dominaré nunca.

Siempre me han dicho que, para que una mujer se fije en ti, tienes que conseguir que ella sea la que tenga interés, es decir, en mi caso, ser de esa manera de la que no soy. La gente me dice que no, que no es así, que solo tengo que "cambiar un par de cosas". ¿Perdona? ¿Acaso "cambiar" no es dejar de ser como soy? ¿Para qué? ¿Para que otras personas se interesen por mi? No, gracias. Como decía Ché Guevara, "Prefiero morir de pie que vivir siempre arrodillado". Parece ser que cambiar es el futuro, pero me niego, no. Los pocos que me quieren, lo hacen siendo tal y como soy, ¿por qué habría de cambiar?

Vivimos en una sociedad en la que lo que importa es el materialismo en su forma más intensa, en la que importa mucho más lo que aparentemos que lo que pensemos. Así salen en televisión personas con un físico "envidiable" pero que no pueden situarte ni la capital de su propio país, y así nos va. Nos han metido eso por los ojos y, los que queremos ir "contra natura" somos los que más palos recibimos.

¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? Quizá esa persona en la que tu confías tiene algún propósito oscuro. Quizá esa persona a la que quieres tenga algo que ocultar por miedo a tu rechazo. Si esto tiene alguna repercusión sobre alguien, os insto a que dejéis atrás esos materialismos inútiles y que os centréis en el alma, que no habrá nada más bonito. ESO es lo que me gustaría que hubiera en el mundo, gente que mirara en el alma de los demás y así saber lo mejor de las personas. Si nos centráramos en eso, el mundo sería un lugar infinitamente mejor porque, cuando no lo hacemos, la gente sufre, y NADIE merece sufrir.

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